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Aventuras del Azar

Aventuras del Azar

Los Bono de Dinero en Juegos de Bingo Abenturas, el Azar y la Aventura. Es una sensación maravillosa. La naturaleza involuntaria de Azzar proceso Beneficios innovadores en bonos muy distinta Aventurzs Beneficios innovadores en bonos que opera en la Monetizar habilidades digitales involuntaire proustiana, ya que Azsr Proust el nacimiento del recuerdo ocurre con el encuentro fortuito entre la sub- jetividad y el objeto prefiado de significados latentes; el recuerdo se desgrana paulatinamente sin que intervenga para nada el miedo, sen- timiento que romperia el delicado ser de ese actus purus en que se funden la aiioranza y el recuerdo. Ese es mi destino y mi ilusión. bottom of page.

Aventuras del Azar -

En la dialectica de lo real-maravilloso siempre hay mas maravilla que realidad, mas texto que presencia. El impulso estetico es aproximaci6n, pero tambien distancia; y la cultura es, a la vez, la sintaxis que hace posible la aproximaci6n entre los hombres y lo que los separa a veces irreparablemente.

La proximidad entre el cuerpo de Rosario y el del narrador hace patente dicha distancia: No eran tan s6lo botellas las que se alzaban ahi, en barrera de vidrio que imponia cuidado a las manos: eran los mil libros leidos por mi, ignorados por ella; eran creencias de ella, cos- tumbres, supersticiones, nociones, que yo desconocia y que, sin embargo, alentaban razones de vivir tan vilidas como las mias.

Me repetia a mi mismo que nada de esto tenia que ver con el siempre posible acoplamiento de un cuerpo de hombre y un cuerpo de mujer, y, no obstante, reconocia que toda una cultura, con sus deformaciones y exigen- cias, me separaba de esa frente detras de la cual no debia haber siquiera una noci6n muy clara de la redondez de la tierra, ni de la disposici6n de los paises sobre el mapa.

El narrador reconoce que su his- toria es "pobre" en cuanto a "peligros arrostrados" pero que, en cambio, ha encontrado en todos los lugares del viaje "la solicitaci6n inte. ligente" y "el motivo de meditaci6n" sobre el arte, la poesia y los mitos, que le han sido "mas instructivos para comprender al hombre que cien- tos de libros escritos en las bibliotecas por hombres jactanciosos de co- nocer al Hombre.

La dialectica entre el Azar y la Aventura es la piedra angular de toda la arquitectura narrativa de Los paros perdidos. El Azar tiene un doble significado en la obra: designa lo ca6tico y lo contingente, la irracionalidad que esta como el reverso de la moneda del otro lado del Orden de la sociedad moderna.

En esta, el orden aparente de las cosas es s6lo funcional, sin que por necesidad sus objetivos sean bene- ficiosos para el hombre. El orden de las cosas obliga al hombre a con- vertirse en personaje y a trazar el dibujo y la trayectoria de una acci6n ya de antemano estipulada en los diferentes contratos que firma.

La insistencia en las primeras paginas de Los pasos perdidos sobre las ata- duras establecidas por los contratos revela que los personajes so;n lo estipulado en estos contratos.

Se es algo o se cae en el vacio, en la anarquia caotica del ser que se sabe nulo por el habito de s61oo ser su funci6n. Dicha funci6n, sin embargo, lo convierte en otra nulidad, la de ser s6lo un eslab6n de la cadena de operaciones a que pertenece; pieza reempla- zable cuando se gasta.

Lo que se busca es el arquetipo de un mundo coherente y civilizado cuyo modelo hist6rico basico fue, precisamente, la ciudad o polis con sus leyes y sus obras. La Aventura es "azarosa", pero una vez hecha ficci6n coherente: un verdadero manantial de significados.

El otro significado del azar comienza a vislumbrarse durante la re. union en el piso de Mouche. Los miembros del grupo bohemio alli reunidos repiten los lugares comunes propios de la eterna vanguardia artistica y los de "el baratillo surrealista" La astrologia y el azar son los temas favoritos.

El azar es interpretado como parte integral del proceso de creaci6n artistica; o mejor, de su anulaci6n: "La musica verdadera es una mera especulaci6n sobre frecuencias, decia mi asistente grabador, arrojando sus dados chinos sobre el piano, para mostrar como podia conseguirse un tema musical por el azar.

Actuar de modo automatico, segun Extieich, es ser "esencia sin existencia.. El procedimiento de Extieich demuestra que la artificialidad y el automatismo de la vida mo- derna se asemejan a una cinta de celuloide. Ex ieich es el proyeccionista, que detiene la cinta.

El contexto en que ocurre el episodio da validez a esta analogia, ya que el narrador se dedica a la cinematografia y la reuni6n misma en que se hallan todos celebra el estreno de una de sus peliculas. El sentido mss literal de la esclavitud del hombre por su tecnica "Atado a mi tecnica entre relojes, cron6grafos, metrono- mos.

La rea- lidad hecha cinta pierde toda substancia ontologica. El lector no debe atribuir a los caprichos del azar que el "iHalt! El narrador es sorprendido en el momento mismo en que piensa sobre los dados chinos y el poema de Mallarme "Un coup de des": " 'Yo soy yo. Estoy sentado en un divan. Iba a rascar un fosforo sobre el esmeril de la caja.

Los dados de Hugo me habian recordado el verso de Mallarme. Pero mis manos iban a encender un f6sforo sin mandato de mi conciencia.

Luego, estaba dormido. Dor- mido como todos los que me rodean. El poema "Un coup de des" articula la preocupaci6n de Mallarme por la poesia como el unico medio posible de reconciliar el lenguaje con lo absoluto. El proyecto de Mallarme es el mas ambicioso en la poesia moderna.

El caracter conspiratorio de muchas de las empresas ficticias descritas por Borges en cuentos como "TlIn, Uqbar, Orbis Tertius" y en "La loteria de Babilonia" alude a la necesidad en el hombre por vivir del orden, por escapar el caos del azar.

La "tenebrosa corporaci6n" babil6- nica hace del azar una instituci6n. Su prop6sito inicial es, sin embargo, negar el accidente, pero para negarlo habra de asumirlo, habra de hacer de lo contingente un sistema; lo cual es analogo a la pretensi6n que hace al hombre construir ficciones: sustituir el accidente por el orden, el caos por la aventura: Bajo el influjo bienhechor de la Compafiia, nuestras costumbres estan saturadas de azar.

El comprador de una docena de anforas de vino damasceno no se maravillara si una de ellas encierra un talisman o una vibora; el escribano que redacta un contrato no deja casi nunca de introducir algun dato err6neo; yo mismo, en esta apresurada declaraci6n, he falseado algun esplendor, alguna atrocidad.

QuizA, tambien, alguna misteriosa monotonia Nues- tros historiadores, que son los mas perspicaces del orbe, han inven- 13 Para una interpretaci6n del poema ver: Octavio Paz, El arco y la lira, pp.

E S T U D 0 S tado un metodo para corregir el azar; es fama que las operaciones de ese metodo son en general fidedignas; aunque, naturalmente, no se divulgan sin alguna dosis de enganio. Por lo demos, nada tan contaminado de ficci6n como la historia de la Compania..

Su voz nace, mas que de la experiencia milenaria, del vivir en lo eterno o en lo que eternamente se repite: "Como todos los hombres de Babilonia, he sido proc6nsul; como todos, esclavo; tambien he conocido la omnipotencia, el oprobio, las carceles..

Narrar desde esa situaci6n implica el tener que hacer una "apresurada declaraci6n". La "de- claraci6n" queda viciada en su verdad, o mej or, su verdad se multiplica en verdades que se niegan mutuamente. He aqui, a todas luces, esa "infi- nita y plastica ambigiiedad" que ve Borges como elemento constitutive de la experiencia personal.

Contrario a Mallarme, Borges nunca pretenderia crear, o haber crea- do, una obra abierta hacia lo infinito. Lo que se reproduce incesante. mente en sus ficciones es el infinito empenio por lograr lo infinito. S6lo 14 Borges, "La loteria de Babilonia", Obras completas, II, p.

Sus voces le llegan de lejos; de un ayer que se abandona. No escucha sus consejos, por gozarse mejor del indefinible deleite de sentirse ya en un futuro imprevisto El infinito tambien esti presente en Los pasos perdidos, y su pre- sencia y la del azar se relacionan.

La angosta puerta que posibilita el trinsito del rio a Santa M6nica de los Venados a trav6s de la parte mis densa de la selva, esti marcada con los signos de lo inifinito: "Ha.

bia, a dos metros de nosotros, un tronco igual a todos los demis: ni mis ancho, ni mis escamoso. Pero en su corteza se estampaba una sefial semejante a tres letras V superpuestas verticalmente, de tal modo que una penetraba dentro de la otra, una sirviendo de vaso a la segunda, en un disefio que hubiera podido repetirse hasta el infinito.

La imagen anticipa el juego de espejos que se producir una vez dentro del trnel: "Al cabo de algin tiempo de navegaci6n en aquel catio secreto, se producia un fen6meno parecido al que conocen los montaiieses extraviados en las nieves: se perdia la noci6n de la verticalidad, dentro de una suerte de desorientaci6n, de mareo de los ojos.

No se sabia ya lo que era del arbol y lo que era del reflejo. No se sabia ya si la claridad venia de abajo o de arriba Un dia co- mete el irreparable error de desandar lo andado. Pero las aguas han de bajar y el juego infinito de las posibilidades tal vez hard posible qie otro em- prenda la bisqueda de los pasos perdidos: "En cierto tronco escamado, tronco de un ocre manchado de verde claro, empieza a verse, cuando la corriente se aclara, el Signo dibujado en la corteza, a punta de cu- chillo, unos tres palmos bajo el nivel de las aguas.

El presente desde el cual se narra la oraci6n final no es el del testigo, es el tiempo de la imaginaci6n que ve renacer, para otra, las posibilidades anunciadas por el regreso de los signos.

En un pasaje ya anteriormente citado, el narrador de Los pasos per- didos se habla a si mismo: "me digo que la marcha por los caminos excepcionales se emprende inconscientemente, sin la sensaci6n de lo maravilloso en el instante de vivirlo El co- mienzo s61o es "imaginable" a partir del Final.

La narraci6n mantendri por todos los medios posibles la ilusi6n de que lo ocurrido estd ocu- rriendo. Pero, aun asi, cuando el narrador dice: "debemos buscar el comienzo de todo.

Encontrar el comienzo ya es ganarle la partida a la contin- gencia, al azar. De la vida como cr6nica se pasa a la vida como ficci6n: "Habia grandes lagunas de semanas y semanas en la cr6nica de mi propio existir; temporadas que no me dejaban un recuerdo valido, la huella de una sensaci6n excepcional, una emoci6n duradera Los pas-os perdidos narra el trnsito de la cr6nica a la ficci6n, del vacio a la aventura.

Se trata de algo similar a la aventure a que se re- fiere Roquetin en La nause de Jean Paul Sartre. Para Roquetin, narrador de La nausee de Sartre, la aventura repre- senta el tiempo prefiado de significaci6n, el Karios, en lugar del mero devenir o Cronos.

El tiempo se hace evento y la in- forme cr6nica del existir se organiza, cobra forma. Hay que escoget entre vivir o contar: "Mais ii faut choisir: vivre on raconter" ,21 contar lo cambia todo. Se vive en la contingencia, pero quand on raconte la vie, tout change; seulement c'est un change- ment que personne ne remarque: la preuve c'est qu'on parle d'his- toires vraies.

Comme s'il pouvait y avoir des histoires vraies; les evenements se produisent dans un sens et nous les racontons en sens inverse. On a l'air de debuter par le commencement: 'C'6tait par un beau soir de F'automne de J'etais clerc de notaire a Marommes. Elle est la,. invisible et presente, c'est elle qui donne a ces quelques mots la pompe et la valeur d'un commencement Mais la fin est la, qui transforme tout.

Pour nous, le type est deja le heros de l'histoire. Sa morosite, ses ennuis d'argent sont bien plus pr6- cieux que les notres, ils sont tout dores par la lumiere des pas- sions futures.

Et le recit se poursuit a l'envers: les instants ont cesse de s'empiler au petit bonheur les uns sur les autres, ils sont happes par la fin de I'histoire qui les attire et chacun d'eux attire a son tour l'instant que le precde Nous oublions que l'avenir n'etait pas encore la; le type se promenait dans une nuit sans presages, qui lui offrait ple-mole ses richesses monotones et il ne choisissait pas.

J'ai voulu que les moments de ma vie se suivent et s'ordonnent comme ceux d'une vie qu'on se rappelle. Autant vaudrait tenter d'attraper le temps par la queue. El acto imaginativo plasmado en la letra o en el canto hace de esta ilusi6n un hecho transmisible y duradero.

Hasta hoy el arte, y sobre todo la ficci6n, han sido el antidoto mas persistente, aunque no 20 Los dos tcrminos pertenecen a la exegesis biblica, pero han sido reciente- mente aplicados al estudio de la ficci6n por Frank Kermode, The Sense of an Ending New York: Oxford University Press, EsTUDIOS 6 del todo efectivo, del accidenve.

Lo fortuito y lo contingente ingresan en la estructura de la ficci6n ya en una especie de pasado, o en un tiempo que existe para explicarlos. Por ejemplo, pocas cosas hay que denoten mss la presencia del azar que una caida.

Caer nos aguarda, o puede aguardarnos, al final de cada paso, o de cada movimiento, y aun, en mitad de ellos; surge como del reverso de nuestros gestos. Disper- sas en el texto de Los pasos perdidos hay tres caidas que por su colo- caci6n y por la indagaci6n que provocan, parecen ser la clave mss secreta de que se vale la obra para designar los juegos del azar.

La primera de ellas ocurre apenas empezada la novela. El narrador se halla cerca del escenario del tiempo repetido cuando ocurre uno de los tantos hechos prescritos en el libreto de la representaci6n: "A tiempo sali de la luz, pues son6 el disparo del cazador y un pijaro cay6 en escena desde el segundo tercio de bambalinas El ganso del traspatio desenvaina la cabeza de bajo el ala y entreabre el pico, sin acabar de despertarse.

En la noche ha caido un fruto. El azar es inmediatamente asimilado por el orden. La tercera caida ocurre en la imaginaci6n del narrador, cuando 6ste repasa mentalmente la caida de un arbol milenario: A veces, luego de varios siglos de vida, uno de esos arboles per- dia las hojas, secaba sus liquenes, apagaba sus orquideas.

Las ma- deras le encanecian, tomando consistencia de granito rosa, y que- daba erguido, con su ramaz6n monumental en silenciosa desnudez, revelando las leyes de una arquitectura casi mineral, que tenia simetrias, ritmos, equilibrios, de cristalizaciones. Entonces, el coloso, nunca salido de la prehistoria, acababa por desplomarse, aullando por todas las astillas, arrojando palos a los cuatro vientos, rajado en dos, lleno de carb6n y de fuego celestial, para mejor romper y quemar todo lo que estaba a sus pies.

Cien Arboles perecian en su caida, aplastados, derribados, desgajados, tirando de lianas que, al reventar, se disparaban hacia el cielo como cuerdas de arcos.

Y acababa por yacer sobre el humus milenario de la selva, sa- cando de la tierra unas raices tan intrincadas y vastas que dos cafios, siempre ajenos, se veian unidos, de pronto, por la extrac- cion de aquellos arados profundos que salian de sus tinieblas des- trozando nidos de termes, abriendo crateres a los que acudian corriendo, con la lengua melosa y los garfios de fuera, los lame- dores de hormigas.

Interpretada at nivel mas abstracto, dicha pro- gresi6n representaria el transito del tiempa prisicn caida del pajaro en escena a un tiempo ya en vias de ser ambito liberador.

Dicho tiempo comienza al concluir la sinfonia escuchada en la selva, acto catartico mediante el cual el narrador salda cuentas con su pasado y a traves de la novena sinfonia de Beethoven con las realidades de la cultura occidental.

La catarsis ya ha sido anunciada en el epigrafe extraido de El Libro de ChilamBalam que encabeza el capitulo en cuesti6n: ".. sera el tiempo en que tome camino, en que desate su rostro y hable y vomite lo que trag6 y suelte su sobrecarga. Mis tarde la caida del arbol surgira precisamente no de un hecho presenciado por el narrador, sino de su imaginaci6n.

Al nivel de la ficci6n este acto imaginativo confirma la creciente fertilidad creadora del protagonista. Entre los episodios que Carpentier calc6 de este oscuro libro se encuentra el de la caida del Arbol.

La caida del arbol s6lo agranda un poco las escalas convirtiendo el proceder del cosmos y de la naturaleza en algo vasto, el ritmo de lo cotidiano es sustituido por su repetici6n a traves de Jos siglos, a cuya escala la caida del arbol milenario casi no Ilega a equi- valer a la caida del fruto en uno de nuestros tantos dias.

Es esta pre- cisamente la nocion con que se inicia el proceso mediante el cual el lector unira en su memoria las tres caidas. Noci6n que surge del con- traste entre las diferentes escalas temporales representadas por las tres caidas.

La posibilidad del acto interpretativo es solo una de tantas otras operaciones que la ficci6n solicita a medida que progresa; operaciones causadas por esa especie de simpatia o, tal vez, de desmedida ambi- cion, que sentimos a instancias de la ficci6n misma, y que nos mueve a concebir al libro, y en el al mundo, como el juego de espejos en que el azar se manifiesta y se evapora en un mismo acto.

II Desde la perspectiva sartreana Los pasos perdidos es la quintaesen- cia de la aventura. Como se vera a continuaci6n, el esquema temporal de la novela revela el cuidadoso arreglo de fechas y de dias que sirve de andamiaje a la aventura emprendida por su protagonista.

Sabemos que Carpentier realiz6 su viaje por el Orinoco en , y que la novela fue publicada en a novelfstico seguido por Carpeatier.

La aproximaci6n textual a la realidad lla- mada por muchos "realismo magico", se relaciona con lo real s6lo a traves de la radical mediaci6n de otros textos. derados como fronteras, puntos de demarcaci6n entre las dos mitades del afio y del siglo ; momentos en que el comienzo y el final se tocan.

Como ya se ha sefialado, la ficci6n abarca treinta de los ultimos treinta y un domingos del afio del domingo 4 de junio al sabado 30 de diciembre , y por ende el resto de los dias de la semana treinta veces cada uno. El ultimo domingo del anio, excluido le la ficci6n, comple.

taria un ciclo analogo al mes mas largo, es decir el mes de treinta y un dias. Al mismo tiempo, el aiio de se cierra en un domingo, fin de semana y fin de afio coinciden. El domingo es designado desde el comienzo de la novela como el "ultimo dia": "Pero otra vez un texto, un escenario, una distancia, se interponia entre nuestros cuerpos, que no volvian a encontrar ya, en la Convivencia del Septimo Dia, la alegria de los acoplamientos prime- ros.

La semana, como la serpiente que se muerde la cola cola-domingo, lunes-boca , es la eterna rueda que repite la necesidad de desempefiar las mismas tareas sin sentido: "Pero la calle me fue particularmente triste en esta noche de domingo, ya temerosa de las angustias del lunes.

La aparien- cia de cada dia de la semana esta como escondida y presente a la vez en todos sus rasgos y detalles. Los dias de la semana, y en especial los dos massefialados en la sociedad industrial moderna, el domingo y el 25 The World Almanac New York: New York World-Telegram, , p.

Por otra parte, el afio es rico en posibilidades aleg6ricas, apro- vechadas en lo sumo por el narrador. Is T U Dio 67 lunes, pertenecen a esa capa cultural que se interpone entre la mirada del hombre y las cosas, o entre el hombre y "sus" cosas, ya que es precisamente por haberlas hecho suyas que le es imposible al hombre verlas en el estado esencial de cosa-en si.

IEl olvido del lunes por parte del narrador de Los pasos perdidos es el reverso exacto de la "presencia" del domingo experimentada por Roquetin en La nrawsee; la maiana do- minical se le hace patente a 6ste de manera irreductible, imposible de explicar: J'avais oubli6, ce matin, que c'6tait dimanche.

Je suis sorti et je suis all par les rues comme d'habitude. J'avais emport6 Eugenie Grandet. Et puis, tout a coup, comme je poussais la grille du jardin public, j'ai eu I'impression que quelque chose me faisait signe.

Le jardin 6tait desert et nu. comment dire? Je suis rest6 un moment appuy6 contre la grille et puis, brusquement j'ai compris que c'6tait dimanche.

C'6tait la sur les arbres, sur les pelouses comme un l6ger sourire. Ca ne pouvait pas se d6crire, il aurait fallu prononcer tr6s vite: C'est un jardin public, l'hiver, un matin de dimanche. El domingo del comienzo de la novela representa la ruptura del hibito, el comienzo de las vacaciones ya de antemano vacias.

El domingo siguiente es cuando el personaje escucha la sinfonia por la radio, justamente una semana despubs de no haber querido escucharla al encontrarse fortuitamente con ella en la sala de conciertos de la metr6poli.

El mismo domingo del comienzo cuando, al abandonar la reuni6n en el piso de Mouche, sin saber qu6 hacer, se viera en una "noche de domingo, ya temerosa de las angustias del lunes El domingo dieciocho tercer domingo de la ficci6n -apuntado en el diario como lunes se afiade a los dos domingos anteriores como fecha dclave, ya que durante 61 ocurren dos hechos de suma importancia en la bisqueda de los pasos perdidos: el regreso de Mouche, que libera al protagonista de una carga molesta que arrastraba desde "alla", y la entrada por la puerta grabada con las tres V, inicio del viaje hacia 27 Jean-Paul Sartre, La nausie Paris Gallimard: , p.

A estos dos hechos se podria agregar el de la uni6n sexual entre Rosario y el narrador, opuesto exacto de aque- Ila "Convivencia del Septimo Dia" mencionada el domingo del co. El encuentro sexual culmina con Ia pronunciaci6n sacramental del nombre propio.

El protagonista es bautizado por Rosario: "Hoy, por primera vez, Rosario me ha Ilamado por mi nombre, repitiendolo mucho, como si sus silabas tuvieran que tornar a ser modeladas-y mi nombre, en su boca, ha cobrado una sonoridad tan singular, tan inesperada, que me siento como ensalmado por la palabra que mias conozco, al oirla tan nueva como si acabara de ser creada.

La novela adopta aqui una forma parecida a la del "Viaje a la semilla"; s61o que esta vez el individuo va del bautizo a un naci- miento que es un renacer: Perdida toda raz6n, incapaz de sobreponerme al miedo, me abrazo de Rosario, buscando el calor de su cuerpo, no ya con gesto de amante, sino de nifio que se cuelga del cuello de la madre, y me dejo yacer en el piso de la curiara, metiendo el rostro en su cabe- 11era, para no ver lo que ocurre y escapar, en ella, al furor que nos circunda.

Pero dificil es olvidarlo, con el medio palmo de agua tibia que empieza a chapotear, dentro de la misma canoa, de proa a popa. Dominando apenas el equilibrio de las embar- caciones, vamos de raudal en raudal, picando de proa en los pai- lones, montando sobre pefias redondas, saltando adelante, sesgin- donos de modo vertiginoso para agarrar un rapido de medio lado, siempre en el borde del vuelco, rodeados.

de espuma, sobre estas maderas torturadas que chillan por toda la quilla. Y para colmo empieza a Hlover. Acrece mi horror, ahora, la visi6n del capuchino, de barbas dibujadas en negro sobre los relimpagos, que ya no dirige la embarcaci6n, sino reza.

Con 'los dientes apretados, res- guardando mi cabeza como se resguarda el crdneo del hijo recidn nacido en un trance peligroso, Rosario parece de una sorprendente entereza. Ahora bien, el error cometido mantiene el esquema establecido y que, consiste en que el domingo sea el dia durante el cual se inicia o se toman los pasos mas decisivos de la aventura.

El domingo, que en realidad es sabado, sustituye al verdadero domingo, domingo 25, que nunca es mencionado, ya que despues de la err6nea fecha "domingo, 24 de junio" , el diario s6lo fijara otra fecha mas: la del 27 de junio. Re- sulta significativo que del sabado hecho domingo se salte a "junio 27" , que seria miercoles para el narrador y no martes como verda- deramente es, y que sea entonces cuando se anuncie que: "Hoy he to.

mado la gran decision de no regresar all. Tratare de aprender los sim- ples oficios que se practican en Santa M6nica de los Venados Voy a sustraerme al destino de Sisifo Los lunes dejaran de ser, para mi, lunes de ceniza, ni habra por que recordar que el lunes es lunes La cita anterior no s6lo alude al error cometido dos semanas antes al saltarse el primer lunes vivido fuera de la metr6poli, sino que, simultaneamente, alude a la posibilidad, o tal vez a la necesidad, de nombrar los dias de acuerdo a los designios del hombre.

El sabado 24, debera ser domingo 24 porque es el dia en que, simb6licamente, se Ilega a la ciudad de Henoch. Esta ciudad pertenece a los dias del Genesis, pero no a los primeros. De por si, vivir en la ciudad, o en la ciudad embrionaria, implica que los primeros pasos del Genesis ya han sido dados.

Poder conjugar la forma verbal "fundar una ciudad" no es tarea de sabados: "Fundar una ciudad. Yo fundo una ciudad. El ha fundado una ciudad. Es posible conjugar semejante verbo.

Se puede ser Fun- dador de una Ciudad.. De joven el adelantado ha vivido en una "ciudad de casas crecidas" , donde "no hall6 sino oficios de sombra" Esta necesidad de crear y de nombrar esti tambi6n reflejada en los indios que le ayudan a levantar la ciudad: "Luego, es la cabra prefiada y el becerro destetado, para el cual tienen los indios, como Adin, que inventar un nombre..

El error cometido por el narrador es reivindicado a nivel simb6lico: el lunes olvidado en realidad no existe, el domingo que es sibado y debiera ser domingo puede, de hecho, serlo. Podemos ademis establecer que la partida por avi6n de Santa M6nica de los Ve- nados, partida definitiva, ocurre un domingo; precisamente el septimo domingo a partir del comienzo de la ficci6n, con lo cual se da termino a la primera semana simb6lica vivida por el protagonista.

Pero lo cierto es que la inica misa mencionada en el texto ocurre el martes mibrcoles en el diario 20 de junio, misa de acci6n de gracias despues de la tormenta. El primer domingo que pasa en compafija del fraile transcurre sin la misa que le hubiese revelado que era domingo y no lunes. Es plausible que el fraile no haya podido celebrar misa por encontrarse al descampado, pero es de suponer que al domingo siguiente la hubiese podido celebrar en Santa M6nica de los Venados.

Y es precisamente dicho domingo el primero en ser omitido por entero del diario. Puede entonces deducirse que lo que escribe el narrador el dia 27 sobre la no necesidad de tener que Ilamar al lunes lunes, y su aparente decisi6n de no fechar mss su diario a partir de ese momento, refleja, entre otras cosas, el haberse enterado dos dias antes durante el domingo dejado fuera del diario de su equivocaci6n.

Mas tarde, el martes, mientras vuela de regreso a la me- tr6poli el narrador recuenta su conversaci6n telef6nica con Ruth: "De pronto, fueron expresiones de amor, y la noticia de que habia abandonado el teatro para estar siempre junto a mi, y que iba a tomar el primer avi6n para reunirse con- migo le grite que permaneciera en nuestra casa y que quien tomaria el avi6n aquella misma noche seria yo.

Cabe tambien suponer que la partida de Santa M6nica de los Venados un domingo inicia una progresi6n hacia el cierre o clausura de la semana que seria la segunda semana simb6lica de la ficci6n en- tendiendose por semana la unidad simb6lica que sirve de n6cleo para la organizaci6n temporal de la novela.

En este sentido las cuatro ltimas fechas anotadas en el diario dicen mucho mas de lo que a primera vista parecen decir.

Las dos primeras de estas fechas caen viernes: el 20 de octubre y el 8 de diciembre. En la primera de ambas la crisis por la que atraviesa el protagonista se acen- tia al extremo de retornar a la despreciada Mouche, pero so para en- terarse, de nuevo por el azar, de la muerte de fray Pedro de Henes- trosa.

La noticia le decide a regresar cuanto antes a Santa M6nica de los Venados. El segundo viernes 8 de diciembre marca su regreso a Puerto Anunciaci6n, donde vuelve a sentirse duefio de sus pasos mientras espera que baje la crecida del rio para poder Ilegar a la meta de su viaje.

Las dos fechas restantes mencionadas en el diatio caen sabado 9 y 30 de diciembre. El primer sibado es el dia en que fracasa en su intento de descubrir la puerta que conduce a Santa M6nica de los Ve- nados. El segundo sabado concluye la trama de la novela, despues de que el protagonista se entera por boca del minero griego Yannes de que Rosario se ha casado con Marcos, el hijo del adelantado.

Si nos fijamos en los dias de la semana mencionados en el diario a partir de su regreso a la metr6poli veremos que, despues de abandonar la aldea un domingo y de regresar a Nueva York un martes las cuatro fechas restantes cuyos dias podemos fijar con seguridad corresponden a dos viernes y a dos sibados.

La progresi6n del fin de la Semana do- mingo al fin de la pr6xima que a nivel simb6lico siempre resulta la misma resulta clara: domingo-martes-viernes-vierneb. s abado. La repetici6n de estos dos iltimos dias acta como una especie de redoble, como el anticipo de que el regreso a Santa M6nica de los Venados ocurrira un domingo.

El domingo se va convirtiendo poco a poco en dia migico, en el dia que tendr que ser recuperado para lograr reingresar en el espacio y tiempo perdidos.

A nivel simb6lico, podria entonces de- 30 Llega a la capital latinoamericana por primera vez el mibrcoles 7 de junio por avi6n. De esta suposici6n se desprenderian otras: no puede encontrar la puerta de nuevo porque la puerta s6lo puede ser encontrada el domingo como lo fuera por vez primera.

El que desista de buscarla un sabado so reafirma la insuperable distancia tem- poral creada entre su deseo y el objeto deseado al haber desandado los pasos: "Un dia comete el irreparable error de desandar lo andado, cre- yendo que lo excepcional pueda serlo dos veces La posibilidad de transformar un si- bado en domingo que lograra hacer efectiva antes al convertir el sabado 24 de junio en domingo 24 le es ahora negada.

Entre el sibado y el domingo la distancia es ahora infranqueable. La imposibilidad de completar la semana tiene, sin embargo, un as- pecto positivo.

El domingo irrecuperable lo es s61o para el protagonista de esta novela. La semana inconclusa representa en su s6ptimo dia el vacio que habra de ser colmado por el arte. Debemos sospechar que, de haberse cerrado la semana con el regreso a Santa M6nica de los Venados la "novela-aventura" nunca hubiese sido escrita.

La ausencia del domingo provoca la escritura que, ilusoriamente, tratard de cubrirla y, a su vez, deja abierta la posibilidad para que otro visitante, otro ser en busca de los pasos perdidos, pueda entrar, quizis en un futuro no muy lejano, en el domingo magico, en el domingo que es Final y Prin- cipio, apertura hacia el ambito creador.

Conviene ahora recapitular lo expuesto. La ficci6n de Los pasos perdidos ocurre en el afio de mil novecientos cincuenta, afio que divide al siglo por la mitad de la misma manera en que junio, mes del inicio de la ficci6n, divide al aio. La ficci6n cubre treinta de los iltimos treinta y un domingos del anio, dejando s6lo de cubrir el ultimo domingo que es, tambien, el ltimo dia del afio.

Los cuatro primeros domingos sirven de marco para los hechos mis cruciales de la aventura en busca de los pasos perdidos; en todos ellos se ingresa en algo, se inicia algo o se concluye algo que tiene que ver con esa "otra dimensi6n" o apertura, representada por el domingo mismo como ambito de lo magico.

La aventura asume la semana como unidad basica para organizar su contenido, que nos refiere a la posibi- lidad de transitar, o de no poder transitar, de un tiempo y de un espacio a otros tiempos y espacios.

Al principio de la aventura el domingo es "aprovechado", pero al final, cuando parece que la aventura terminara con su recupe. raci6n, es cuando se hace inalcanzable. La distancia que media entre el deseo y su objeto se repite entre el sibado y el domingo.

Dicha distan- cia es la que posibilita a su vez, la ficci6n de ahora y la del futuro. Las semanas y los afios se sucederan los unos a los otros y un sabado siempre se disolveri en domingo, pero en la ficci6n, la Semana y el Afio siempre permanecerin abiertos. La ficci6n consiste en la persistente ilu- si6n de tratar de cerrarlos.

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Hablaría de dos temas tabú en primera persona: salud mental y menopausia. Pero también de situaciones de mujeres como yo, de más de 40 de las que solo hablamos entre nosotras cuando nos tenemos confianza, o con parejas, pero no socialmente.

Y creo sinceramente que saber que no estamos solos ya es en sí terapéutico. Casi paralelamente empecé terapia y mi necesidad de escribir volvió, así como mi necesidad de hablar, de decir. Grabando mis reflexiones, me di cuenta de que unía mis dos pasiones: la escritura y la voz, ya que soy una cantante en descanso prolongado.

El proyecto radio no prosperó pero sembró en mí las ganas inmensas de continuar, convencida de que al fin había encontrado el formato que estaba buscando desde hacía tanto tiempo.

Y volví a confirmar algo que aprendí en mis momentos más difíciles: no digas que NO a algo que aparece en tu vida sin haberlo buscado, sin antes haber probado, porque a veces las cosas llegan porque sí, como puertas que se abren en tu camino. No importa hacia dónde va ese camino, no importa si el éxito espera al final, importa EL, el camino, la manera en que lo vas a transitar, lo que dejará como experiencias, como aventuras, como emociones Heme aquí entonces, en formato podcast, con un blog donde encontrarán los textos de los relatos completos y dónde podremos intercambiar más fácilmente si así lo desean, y en Instagram donde les iré comunicando las novedades de ambos.

al pie de nota les dejo los links directos para escuchar los podcasts. Requete bienvenidos a todos!! Bienvenidos a Azar, soliloquios variopintos.

Gracias por seguirme siempre en mis proyectos. Conocernos nos acerca. ESOS DIAS QUE PARECEN ETERNOS. Los límites. top of page. TODOS LOS POSTS salud mental estrés. Azar 13 mai 3 min de lecture. Y que empiece la aventura azar!! Posts récents Voir tout.

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Este trabajo intenta entender al viaje como medio utilizado para seguir al equipo demostración de Aguante y de concretar la identidad de grupo. Anexa una propuesta de concientización para la promoción de la ayuda social por parte de estos colectivos. Diego Alejandro Jurado Cáceres.

No sé el porqué, pero mientras visitábamos el faro, detallaba como te familiarizabas con el mar, mientras bajábamos para caminar por la playa no decías ni una palabra, a duras penas asentabas la cabeza para responderme, pero yo quería más.

Sentí que algo que te pasaba, algo intuía, pero ni yo mismo podía saber que era. No querías responder a esa pregunta, no insistí porque quería disfrutar de mi momento contigo, y me dijiste:-¿Hace cuánto no amas a alguien? Solo te vi a los ojos sonriendo y dije:-Hace cuanto para mí es hace poco, desde que nos entendemos disfruto cada momento contigo, me siento feliz, siento que brillo y con mucha energía, hoy es un ejemplo de ello.

Pero no quiero pensar en ello aun, no estoy preparado. Miraste la arena y vi como tus ojitos se aguaron. Me excusaste diciendo-No pasa nada, me entró arena en el ojo.

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Los Pasos Perdidos. el Azar y la Aventura El vago azar o lax precisas leyes Borges De entre los diferentes elementos que unifican y dan continuidad a la narrativa de Carpentier, la buisqueda de los origenes es sin duda el mas sobresaliente.

El destino de sus personajes se va definiendo por me- dio de una indagaci6n de la realidad circundante, o a traves de un des. plazamiento por espacios y latitudes desconocidos o afiorados al comien- zo de la narraci6n. La busqueda puede ser, como en El acoso, de ca- racter involuntario.

El individuo se ve en una situaci6n que le saca de si mismo, de su habitual enajenaci6n, y le pone cara a cara con su pasado, y con lo que este tiene de iluminador para el resto de su vida.

: Aventuras del Azar

Los Pasos Perdidos, el Azar y la Aventura No querías responder a esa pregunta, no insistí porque quería disfrutar de mi momento contigo, y me dijiste:-¿Hace cuánto no amas a alguien? La posibilidad del acto interpretativo es solo una de tantas otras operaciones que la ficci6n solicita a medida que progresa; operaciones causadas por esa especie de simpatia o, tal vez, de desmedida ambi- cion, que sentimos a instancias de la ficci6n misma, y que nos mueve a concebir al libro, y en el al mundo, como el juego de espejos en que el azar se manifiesta y se evapora en un mismo acto. ESTUDIOS Carpentier enmarca las experiencias mas significativas del individuo en algo que se podria denominar "estado de ceremonia" o "cuadro de alegoria". Azar le contaba a Ana sus saltos y sus descubrimientos, le hablaba de los animales y las plantas que había conocido, y le animaba a salir de su rama y explorar el mundo. Hasta hoy el arte, y sobre todo la ficci6n, han sido el antidoto mas persistente, aunque no 20 Los dos tcrminos pertenecen a la exegesis biblica, pero han sido reciente- mente aplicados al estudio de la ficci6n por Frank Kermode, The Sense of an Ending New York: Oxford University Press,
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JavaScript is disabled El sentido de ajuste es visto como algo mss Aventuras del Azar de lo cultural Avneturas de lo Azzar orgainico en cuanto la selva rechaza a Mouche como drl organismos rechazan un cuerpo ex- trafio. Write a Review. La prisi6n espacio-temporal y el sometimiento de ambas dimensiones a lo dictado por el habito es el tema que primero se elabora en la obra. Una de dichas leyes, descubierta en una primera versión por Boltzman en el siglo diecinueve, devela la relación del azar con la complejidad. Administrar consentimiento.
La pulga azar y la oruga Ana

El presente volumen incluye todos los cuentos que publicó en la mítica revista Golden Fleece, un pulp de corta vida que se especializó en relatos de aventuras históricas, presentando a lo largo de sus nueve números, a los mejores autores del género, como Mundy, Howard, Hoffman Price o Leinster.

Con esa premisa básica, realizó una serie de cuentos soberbios, la mayoría pero no todos ambientados en el mar, aunque en diferentes épocas y lugares, y en los que el destino de naciones enteras acaba dependiendo del detalle más insignificante.

En ellos Bedford-Jones demuestra su absoluto dominio de una épica aventurera, romántica y soberbiamente ambientada, que le sitúa como heredero indiscutible de Alejandro Dumas y Rafael Sabatini en la era de los pulps. Loading interface About the author. Bedford-Jones books 18 followers.

Henry James O'Brien Bedford-Jones — was a Canadian historical, adventure fantasy, science fiction, crime and Western writer who became a naturalized United States citizen in After being encouraged to try writing by his friend, writer William Wallace Cook, Bedford-Jones began writing dime novels and pulp magazine stories.

Bedford-Jones was an enormously prolific writer; the pulp editor Harold Hersey once recalled meeting Bedford-Jones in Paris, where he was working on two novels simultaneously, each story on its own separate typewriter.

Bedford-Jones cited Alexandre Dumas as his main influence, and wrote a sequel to Dumas' The Three Musketeers, D'Artagnan He wrote over novels, earning the nickname "King of the Pulps".

His works appeared in a number of pulp magazines. Bedford-Jones' main publisher was Blue Book magazine; he also appeared in Adventure, All-Story Weekly, Argosy, Short Stories, Top-Notch Magazine, The Magic Carpet, Golden Fleece, Ace-High Magazine, People's Story Magazine, Hutchinson's Adventure-Story Magazine, Detective Fiction Weekly, Western Story Magazine, and Weird Tales.

In addition to writing fiction, Bedford-Jones also worked as a journalist for the Boston Globe, and wrote poetry. Bedford-Jones was a friend of Erle Stanley Gardner and Vincent Starrett.

Write a Review. Create a free account to discover what your friends think of this book! Community Reviews. La proximidad entre el cuerpo de Rosario y el del narrador hace patente dicha distancia: No eran tan s6lo botellas las que se alzaban ahi, en barrera de vidrio que imponia cuidado a las manos: eran los mil libros leidos por mi, ignorados por ella; eran creencias de ella, cos- tumbres, supersticiones, nociones, que yo desconocia y que, sin embargo, alentaban razones de vivir tan vilidas como las mias.

Me repetia a mi mismo que nada de esto tenia que ver con el siempre posible acoplamiento de un cuerpo de hombre y un cuerpo de mujer, y, no obstante, reconocia que toda una cultura, con sus deformaciones y exigen- cias, me separaba de esa frente detras de la cual no debia haber siquiera una noci6n muy clara de la redondez de la tierra, ni de la disposici6n de los paises sobre el mapa.

El narrador reconoce que su his- toria es "pobre" en cuanto a "peligros arrostrados" pero que, en cambio, ha encontrado en todos los lugares del viaje "la solicitaci6n inte.

ligente" y "el motivo de meditaci6n" sobre el arte, la poesia y los mitos, que le han sido "mas instructivos para comprender al hombre que cien- tos de libros escritos en las bibliotecas por hombres jactanciosos de co- nocer al Hombre.

La dialectica entre el Azar y la Aventura es la piedra angular de toda la arquitectura narrativa de Los paros perdidos.

El Azar tiene un doble significado en la obra: designa lo ca6tico y lo contingente, la irracionalidad que esta como el reverso de la moneda del otro lado del Orden de la sociedad moderna.

En esta, el orden aparente de las cosas es s6lo funcional, sin que por necesidad sus objetivos sean bene- ficiosos para el hombre. El orden de las cosas obliga al hombre a con- vertirse en personaje y a trazar el dibujo y la trayectoria de una acci6n ya de antemano estipulada en los diferentes contratos que firma.

La insistencia en las primeras paginas de Los pasos perdidos sobre las ata- duras establecidas por los contratos revela que los personajes so;n lo estipulado en estos contratos. Se es algo o se cae en el vacio, en la anarquia caotica del ser que se sabe nulo por el habito de s61oo ser su funci6n.

Dicha funci6n, sin embargo, lo convierte en otra nulidad, la de ser s6lo un eslab6n de la cadena de operaciones a que pertenece; pieza reempla- zable cuando se gasta. Lo que se busca es el arquetipo de un mundo coherente y civilizado cuyo modelo hist6rico basico fue, precisamente, la ciudad o polis con sus leyes y sus obras.

La Aventura es "azarosa", pero una vez hecha ficci6n coherente: un verdadero manantial de significados. El otro significado del azar comienza a vislumbrarse durante la re. union en el piso de Mouche.

Los miembros del grupo bohemio alli reunidos repiten los lugares comunes propios de la eterna vanguardia artistica y los de "el baratillo surrealista" La astrologia y el azar son los temas favoritos. El azar es interpretado como parte integral del proceso de creaci6n artistica; o mejor, de su anulaci6n: "La musica verdadera es una mera especulaci6n sobre frecuencias, decia mi asistente grabador, arrojando sus dados chinos sobre el piano, para mostrar como podia conseguirse un tema musical por el azar.

Actuar de modo automatico, segun Extieich, es ser "esencia sin existencia.. El procedimiento de Extieich demuestra que la artificialidad y el automatismo de la vida mo- derna se asemejan a una cinta de celuloide.

Ex ieich es el proyeccionista, que detiene la cinta. El contexto en que ocurre el episodio da validez a esta analogia, ya que el narrador se dedica a la cinematografia y la reuni6n misma en que se hallan todos celebra el estreno de una de sus peliculas.

El sentido mss literal de la esclavitud del hombre por su tecnica "Atado a mi tecnica entre relojes, cron6grafos, metrono- mos. La rea- lidad hecha cinta pierde toda substancia ontologica. El lector no debe atribuir a los caprichos del azar que el "iHalt! El narrador es sorprendido en el momento mismo en que piensa sobre los dados chinos y el poema de Mallarme "Un coup de des": " 'Yo soy yo.

Estoy sentado en un divan. Iba a rascar un fosforo sobre el esmeril de la caja. Los dados de Hugo me habian recordado el verso de Mallarme. Pero mis manos iban a encender un f6sforo sin mandato de mi conciencia. Luego, estaba dormido. Dor- mido como todos los que me rodean.

El poema "Un coup de des" articula la preocupaci6n de Mallarme por la poesia como el unico medio posible de reconciliar el lenguaje con lo absoluto.

El proyecto de Mallarme es el mas ambicioso en la poesia moderna. El caracter conspiratorio de muchas de las empresas ficticias descritas por Borges en cuentos como "TlIn, Uqbar, Orbis Tertius" y en "La loteria de Babilonia" alude a la necesidad en el hombre por vivir del orden, por escapar el caos del azar.

La "tenebrosa corporaci6n" babil6- nica hace del azar una instituci6n. Su prop6sito inicial es, sin embargo, negar el accidente, pero para negarlo habra de asumirlo, habra de hacer de lo contingente un sistema; lo cual es analogo a la pretensi6n que hace al hombre construir ficciones: sustituir el accidente por el orden, el caos por la aventura: Bajo el influjo bienhechor de la Compafiia, nuestras costumbres estan saturadas de azar.

El comprador de una docena de anforas de vino damasceno no se maravillara si una de ellas encierra un talisman o una vibora; el escribano que redacta un contrato no deja casi nunca de introducir algun dato err6neo; yo mismo, en esta apresurada declaraci6n, he falseado algun esplendor, alguna atrocidad.

QuizA, tambien, alguna misteriosa monotonia Nues- tros historiadores, que son los mas perspicaces del orbe, han inven- 13 Para una interpretaci6n del poema ver: Octavio Paz, El arco y la lira, pp.

E S T U D 0 S tado un metodo para corregir el azar; es fama que las operaciones de ese metodo son en general fidedignas; aunque, naturalmente, no se divulgan sin alguna dosis de enganio. Por lo demos, nada tan contaminado de ficci6n como la historia de la Compania..

Su voz nace, mas que de la experiencia milenaria, del vivir en lo eterno o en lo que eternamente se repite: "Como todos los hombres de Babilonia, he sido proc6nsul; como todos, esclavo; tambien he conocido la omnipotencia, el oprobio, las carceles.. Narrar desde esa situaci6n implica el tener que hacer una "apresurada declaraci6n".

La "de- claraci6n" queda viciada en su verdad, o mej or, su verdad se multiplica en verdades que se niegan mutuamente. He aqui, a todas luces, esa "infi- nita y plastica ambigiiedad" que ve Borges como elemento constitutive de la experiencia personal. Contrario a Mallarme, Borges nunca pretenderia crear, o haber crea- do, una obra abierta hacia lo infinito.

Lo que se reproduce incesante. mente en sus ficciones es el infinito empenio por lograr lo infinito. S6lo 14 Borges, "La loteria de Babilonia", Obras completas, II, p. Sus voces le llegan de lejos; de un ayer que se abandona.

No escucha sus consejos, por gozarse mejor del indefinible deleite de sentirse ya en un futuro imprevisto El infinito tambien esti presente en Los pasos perdidos, y su pre- sencia y la del azar se relacionan. La angosta puerta que posibilita el trinsito del rio a Santa M6nica de los Venados a trav6s de la parte mis densa de la selva, esti marcada con los signos de lo inifinito: "Ha.

bia, a dos metros de nosotros, un tronco igual a todos los demis: ni mis ancho, ni mis escamoso. Pero en su corteza se estampaba una sefial semejante a tres letras V superpuestas verticalmente, de tal modo que una penetraba dentro de la otra, una sirviendo de vaso a la segunda, en un disefio que hubiera podido repetirse hasta el infinito.

La imagen anticipa el juego de espejos que se producir una vez dentro del trnel: "Al cabo de algin tiempo de navegaci6n en aquel catio secreto, se producia un fen6meno parecido al que conocen los montaiieses extraviados en las nieves: se perdia la noci6n de la verticalidad, dentro de una suerte de desorientaci6n, de mareo de los ojos.

No se sabia ya lo que era del arbol y lo que era del reflejo. No se sabia ya si la claridad venia de abajo o de arriba Un dia co- mete el irreparable error de desandar lo andado.

Pero las aguas han de bajar y el juego infinito de las posibilidades tal vez hard posible qie otro em- prenda la bisqueda de los pasos perdidos: "En cierto tronco escamado, tronco de un ocre manchado de verde claro, empieza a verse, cuando la corriente se aclara, el Signo dibujado en la corteza, a punta de cu- chillo, unos tres palmos bajo el nivel de las aguas.

El presente desde el cual se narra la oraci6n final no es el del testigo, es el tiempo de la imaginaci6n que ve renacer, para otra, las posibilidades anunciadas por el regreso de los signos.

En un pasaje ya anteriormente citado, el narrador de Los pasos per- didos se habla a si mismo: "me digo que la marcha por los caminos excepcionales se emprende inconscientemente, sin la sensaci6n de lo maravilloso en el instante de vivirlo El co- mienzo s61o es "imaginable" a partir del Final.

La narraci6n mantendri por todos los medios posibles la ilusi6n de que lo ocurrido estd ocu- rriendo. Pero, aun asi, cuando el narrador dice: "debemos buscar el comienzo de todo.

Encontrar el comienzo ya es ganarle la partida a la contin- gencia, al azar. De la vida como cr6nica se pasa a la vida como ficci6n: "Habia grandes lagunas de semanas y semanas en la cr6nica de mi propio existir; temporadas que no me dejaban un recuerdo valido, la huella de una sensaci6n excepcional, una emoci6n duradera Los pas-os perdidos narra el trnsito de la cr6nica a la ficci6n, del vacio a la aventura.

Se trata de algo similar a la aventure a que se re- fiere Roquetin en La nause de Jean Paul Sartre. Para Roquetin, narrador de La nausee de Sartre, la aventura repre- senta el tiempo prefiado de significaci6n, el Karios, en lugar del mero devenir o Cronos.

El tiempo se hace evento y la in- forme cr6nica del existir se organiza, cobra forma. Hay que escoget entre vivir o contar: "Mais ii faut choisir: vivre on raconter" ,21 contar lo cambia todo. Se vive en la contingencia, pero quand on raconte la vie, tout change; seulement c'est un change- ment que personne ne remarque: la preuve c'est qu'on parle d'his- toires vraies.

Comme s'il pouvait y avoir des histoires vraies; les evenements se produisent dans un sens et nous les racontons en sens inverse. On a l'air de debuter par le commencement: 'C'6tait par un beau soir de F'automne de J'etais clerc de notaire a Marommes.

Elle est la,. invisible et presente, c'est elle qui donne a ces quelques mots la pompe et la valeur d'un commencement Mais la fin est la, qui transforme tout.

Pour nous, le type est deja le heros de l'histoire. Sa morosite, ses ennuis d'argent sont bien plus pr6- cieux que les notres, ils sont tout dores par la lumiere des pas- sions futures.

Et le recit se poursuit a l'envers: les instants ont cesse de s'empiler au petit bonheur les uns sur les autres, ils sont happes par la fin de I'histoire qui les attire et chacun d'eux attire a son tour l'instant que le precde Nous oublions que l'avenir n'etait pas encore la; le type se promenait dans une nuit sans presages, qui lui offrait ple-mole ses richesses monotones et il ne choisissait pas.

J'ai voulu que les moments de ma vie se suivent et s'ordonnent comme ceux d'une vie qu'on se rappelle. Autant vaudrait tenter d'attraper le temps par la queue. El acto imaginativo plasmado en la letra o en el canto hace de esta ilusi6n un hecho transmisible y duradero.

Hasta hoy el arte, y sobre todo la ficci6n, han sido el antidoto mas persistente, aunque no 20 Los dos tcrminos pertenecen a la exegesis biblica, pero han sido reciente- mente aplicados al estudio de la ficci6n por Frank Kermode, The Sense of an Ending New York: Oxford University Press, EsTUDIOS 6 del todo efectivo, del accidenve.

Lo fortuito y lo contingente ingresan en la estructura de la ficci6n ya en una especie de pasado, o en un tiempo que existe para explicarlos. Por ejemplo, pocas cosas hay que denoten mss la presencia del azar que una caida. Caer nos aguarda, o puede aguardarnos, al final de cada paso, o de cada movimiento, y aun, en mitad de ellos; surge como del reverso de nuestros gestos.

Disper- sas en el texto de Los pasos perdidos hay tres caidas que por su colo- caci6n y por la indagaci6n que provocan, parecen ser la clave mss secreta de que se vale la obra para designar los juegos del azar.

La primera de ellas ocurre apenas empezada la novela. El narrador se halla cerca del escenario del tiempo repetido cuando ocurre uno de los tantos hechos prescritos en el libreto de la representaci6n: "A tiempo sali de la luz, pues son6 el disparo del cazador y un pijaro cay6 en escena desde el segundo tercio de bambalinas El ganso del traspatio desenvaina la cabeza de bajo el ala y entreabre el pico, sin acabar de despertarse.

En la noche ha caido un fruto. El azar es inmediatamente asimilado por el orden. La tercera caida ocurre en la imaginaci6n del narrador, cuando 6ste repasa mentalmente la caida de un arbol milenario: A veces, luego de varios siglos de vida, uno de esos arboles per- dia las hojas, secaba sus liquenes, apagaba sus orquideas.

Las ma- deras le encanecian, tomando consistencia de granito rosa, y que- daba erguido, con su ramaz6n monumental en silenciosa desnudez, revelando las leyes de una arquitectura casi mineral, que tenia simetrias, ritmos, equilibrios, de cristalizaciones.

Entonces, el coloso, nunca salido de la prehistoria, acababa por desplomarse, aullando por todas las astillas, arrojando palos a los cuatro vientos, rajado en dos, lleno de carb6n y de fuego celestial, para mejor romper y quemar todo lo que estaba a sus pies.

Cien Arboles perecian en su caida, aplastados, derribados, desgajados, tirando de lianas que, al reventar, se disparaban hacia el cielo como cuerdas de arcos.

Y acababa por yacer sobre el humus milenario de la selva, sa- cando de la tierra unas raices tan intrincadas y vastas que dos cafios, siempre ajenos, se veian unidos, de pronto, por la extrac- cion de aquellos arados profundos que salian de sus tinieblas des- trozando nidos de termes, abriendo crateres a los que acudian corriendo, con la lengua melosa y los garfios de fuera, los lame- dores de hormigas.

Interpretada at nivel mas abstracto, dicha pro- gresi6n representaria el transito del tiempa prisicn caida del pajaro en escena a un tiempo ya en vias de ser ambito liberador. Dicho tiempo comienza al concluir la sinfonia escuchada en la selva, acto catartico mediante el cual el narrador salda cuentas con su pasado y a traves de la novena sinfonia de Beethoven con las realidades de la cultura occidental.

La catarsis ya ha sido anunciada en el epigrafe extraido de El Libro de ChilamBalam que encabeza el capitulo en cuesti6n: ".. sera el tiempo en que tome camino, en que desate su rostro y hable y vomite lo que trag6 y suelte su sobrecarga.

Mis tarde la caida del arbol surgira precisamente no de un hecho presenciado por el narrador, sino de su imaginaci6n. Al nivel de la ficci6n este acto imaginativo confirma la creciente fertilidad creadora del protagonista.

Entre los episodios que Carpentier calc6 de este oscuro libro se encuentra el de la caida del Arbol. La caida del arbol s6lo agranda un poco las escalas convirtiendo el proceder del cosmos y de la naturaleza en algo vasto, el ritmo de lo cotidiano es sustituido por su repetici6n a traves de Jos siglos, a cuya escala la caida del arbol milenario casi no Ilega a equi- valer a la caida del fruto en uno de nuestros tantos dias.

Es esta pre- cisamente la nocion con que se inicia el proceso mediante el cual el lector unira en su memoria las tres caidas. Noci6n que surge del con- traste entre las diferentes escalas temporales representadas por las tres caidas. La posibilidad del acto interpretativo es solo una de tantas otras operaciones que la ficci6n solicita a medida que progresa; operaciones causadas por esa especie de simpatia o, tal vez, de desmedida ambi- cion, que sentimos a instancias de la ficci6n misma, y que nos mueve a concebir al libro, y en el al mundo, como el juego de espejos en que el azar se manifiesta y se evapora en un mismo acto.

II Desde la perspectiva sartreana Los pasos perdidos es la quintaesen- cia de la aventura. Como se vera a continuaci6n, el esquema temporal de la novela revela el cuidadoso arreglo de fechas y de dias que sirve de andamiaje a la aventura emprendida por su protagonista.

Sabemos que Carpentier realiz6 su viaje por el Orinoco en , y que la novela fue publicada en a novelfstico seguido por Carpeatier. La aproximaci6n textual a la realidad lla- mada por muchos "realismo magico", se relaciona con lo real s6lo a traves de la radical mediaci6n de otros textos.

derados como fronteras, puntos de demarcaci6n entre las dos mitades del afio y del siglo ; momentos en que el comienzo y el final se tocan. Como ya se ha sefialado, la ficci6n abarca treinta de los ultimos treinta y un domingos del afio del domingo 4 de junio al sabado 30 de diciembre , y por ende el resto de los dias de la semana treinta veces cada uno.

El ultimo domingo del anio, excluido le la ficci6n, comple. taria un ciclo analogo al mes mas largo, es decir el mes de treinta y un dias. Al mismo tiempo, el aiio de se cierra en un domingo, fin de semana y fin de afio coinciden.

El domingo es designado desde el comienzo de la novela como el "ultimo dia": "Pero otra vez un texto, un escenario, una distancia, se interponia entre nuestros cuerpos, que no volvian a encontrar ya, en la Convivencia del Septimo Dia, la alegria de los acoplamientos prime- ros.

La semana, como la serpiente que se muerde la cola cola-domingo, lunes-boca , es la eterna rueda que repite la necesidad de desempefiar las mismas tareas sin sentido: "Pero la calle me fue particularmente triste en esta noche de domingo, ya temerosa de las angustias del lunes.

La aparien- cia de cada dia de la semana esta como escondida y presente a la vez en todos sus rasgos y detalles. Los dias de la semana, y en especial los dos massefialados en la sociedad industrial moderna, el domingo y el 25 The World Almanac New York: New York World-Telegram, , p. Por otra parte, el afio es rico en posibilidades aleg6ricas, apro- vechadas en lo sumo por el narrador.

Is T U Dio 67 lunes, pertenecen a esa capa cultural que se interpone entre la mirada del hombre y las cosas, o entre el hombre y "sus" cosas, ya que es precisamente por haberlas hecho suyas que le es imposible al hombre verlas en el estado esencial de cosa-en si.

IEl olvido del lunes por parte del narrador de Los pasos perdidos es el reverso exacto de la "presencia" del domingo experimentada por Roquetin en La nrawsee; la maiana do- minical se le hace patente a 6ste de manera irreductible, imposible de explicar: J'avais oubli6, ce matin, que c'6tait dimanche.

Je suis sorti et je suis all par les rues comme d'habitude. J'avais emport6 Eugenie Grandet. Et puis, tout a coup, comme je poussais la grille du jardin public, j'ai eu I'impression que quelque chose me faisait signe.

Le jardin 6tait desert et nu. comment dire? Je suis rest6 un moment appuy6 contre la grille et puis, brusquement j'ai compris que c'6tait dimanche. C'6tait la sur les arbres, sur les pelouses comme un l6ger sourire. Ca ne pouvait pas se d6crire, il aurait fallu prononcer tr6s vite: C'est un jardin public, l'hiver, un matin de dimanche.

El domingo del comienzo de la novela representa la ruptura del hibito, el comienzo de las vacaciones ya de antemano vacias. El domingo siguiente es cuando el personaje escucha la sinfonia por la radio, justamente una semana despubs de no haber querido escucharla al encontrarse fortuitamente con ella en la sala de conciertos de la metr6poli.

El mismo domingo del comienzo cuando, al abandonar la reuni6n en el piso de Mouche, sin saber qu6 hacer, se viera en una "noche de domingo, ya temerosa de las angustias del lunes El domingo dieciocho tercer domingo de la ficci6n -apuntado en el diario como lunes se afiade a los dos domingos anteriores como fecha dclave, ya que durante 61 ocurren dos hechos de suma importancia en la bisqueda de los pasos perdidos: el regreso de Mouche, que libera al protagonista de una carga molesta que arrastraba desde "alla", y la entrada por la puerta grabada con las tres V, inicio del viaje hacia 27 Jean-Paul Sartre, La nausie Paris Gallimard: , p.

A estos dos hechos se podria agregar el de la uni6n sexual entre Rosario y el narrador, opuesto exacto de aque- Ila "Convivencia del Septimo Dia" mencionada el domingo del co. El encuentro sexual culmina con Ia pronunciaci6n sacramental del nombre propio.

El protagonista es bautizado por Rosario: "Hoy, por primera vez, Rosario me ha Ilamado por mi nombre, repitiendolo mucho, como si sus silabas tuvieran que tornar a ser modeladas-y mi nombre, en su boca, ha cobrado una sonoridad tan singular, tan inesperada, que me siento como ensalmado por la palabra que mias conozco, al oirla tan nueva como si acabara de ser creada.

La novela adopta aqui una forma parecida a la del "Viaje a la semilla"; s61o que esta vez el individuo va del bautizo a un naci- miento que es un renacer: Perdida toda raz6n, incapaz de sobreponerme al miedo, me abrazo de Rosario, buscando el calor de su cuerpo, no ya con gesto de amante, sino de nifio que se cuelga del cuello de la madre, y me dejo yacer en el piso de la curiara, metiendo el rostro en su cabe- 11era, para no ver lo que ocurre y escapar, en ella, al furor que nos circunda.

Pero dificil es olvidarlo, con el medio palmo de agua tibia que empieza a chapotear, dentro de la misma canoa, de proa a popa.

Dominando apenas el equilibrio de las embar- caciones, vamos de raudal en raudal, picando de proa en los pai- lones, montando sobre pefias redondas, saltando adelante, sesgin- donos de modo vertiginoso para agarrar un rapido de medio lado, siempre en el borde del vuelco, rodeados.

de espuma, sobre estas maderas torturadas que chillan por toda la quilla. Y para colmo empieza a Hlover. Acrece mi horror, ahora, la visi6n del capuchino, de barbas dibujadas en negro sobre los relimpagos, que ya no dirige la embarcaci6n, sino reza.

Con 'los dientes apretados, res- guardando mi cabeza como se resguarda el crdneo del hijo recidn nacido en un trance peligroso, Rosario parece de una sorprendente entereza. Ahora bien, el error cometido mantiene el esquema establecido y que, consiste en que el domingo sea el dia durante el cual se inicia o se toman los pasos mas decisivos de la aventura.

El domingo, que en realidad es sabado, sustituye al verdadero domingo, domingo 25, que nunca es mencionado, ya que despues de la err6nea fecha "domingo, 24 de junio" , el diario s6lo fijara otra fecha mas: la del 27 de junio.

Re- sulta significativo que del sabado hecho domingo se salte a "junio 27" , que seria miercoles para el narrador y no martes como verda- deramente es, y que sea entonces cuando se anuncie que: "Hoy he to.

mado la gran decision de no regresar all. Tratare de aprender los sim- ples oficios que se practican en Santa M6nica de los Venados Voy a sustraerme al destino de Sisifo Los lunes dejaran de ser, para mi, lunes de ceniza, ni habra por que recordar que el lunes es lunes La cita anterior no s6lo alude al error cometido dos semanas antes al saltarse el primer lunes vivido fuera de la metr6poli, sino que, simultaneamente, alude a la posibilidad, o tal vez a la necesidad, de nombrar los dias de acuerdo a los designios del hombre.

El sabado 24, debera ser domingo 24 porque es el dia en que, simb6licamente, se Ilega a la ciudad de Henoch. Esta ciudad pertenece a los dias del Genesis, pero no a los primeros. De por si, vivir en la ciudad, o en la ciudad embrionaria, implica que los primeros pasos del Genesis ya han sido dados.

Poder conjugar la forma verbal "fundar una ciudad" no es tarea de sabados: "Fundar una ciudad. Yo fundo una ciudad.

El ha fundado una ciudad. Es posible conjugar semejante verbo. Se puede ser Fun- dador de una Ciudad.. De joven el adelantado ha vivido en una "ciudad de casas crecidas" , donde "no hall6 sino oficios de sombra" Esta necesidad de crear y de nombrar esti tambi6n reflejada en los indios que le ayudan a levantar la ciudad: "Luego, es la cabra prefiada y el becerro destetado, para el cual tienen los indios, como Adin, que inventar un nombre..

El error cometido por el narrador es reivindicado a nivel simb6lico: el lunes olvidado en realidad no existe, el domingo que es sibado y debiera ser domingo puede, de hecho, serlo.

Podemos ademis establecer que la partida por avi6n de Santa M6nica de los Ve- nados, partida definitiva, ocurre un domingo; precisamente el septimo domingo a partir del comienzo de la ficci6n, con lo cual se da termino a la primera semana simb6lica vivida por el protagonista. Pero lo cierto es que la inica misa mencionada en el texto ocurre el martes mibrcoles en el diario 20 de junio, misa de acci6n de gracias despues de la tormenta.

El primer domingo que pasa en compafija del fraile transcurre sin la misa que le hubiese revelado que era domingo y no lunes. Es plausible que el fraile no haya podido celebrar misa por encontrarse al descampado, pero es de suponer que al domingo siguiente la hubiese podido celebrar en Santa M6nica de los Venados.

Y es precisamente dicho domingo el primero en ser omitido por entero del diario. Puede entonces deducirse que lo que escribe el narrador el dia 27 sobre la no necesidad de tener que Ilamar al lunes lunes, y su aparente decisi6n de no fechar mss su diario a partir de ese momento, refleja, entre otras cosas, el haberse enterado dos dias antes durante el domingo dejado fuera del diario de su equivocaci6n.

Mas tarde, el martes, mientras vuela de regreso a la me- tr6poli el narrador recuenta su conversaci6n telef6nica con Ruth: "De pronto, fueron expresiones de amor, y la noticia de que habia abandonado el teatro para estar siempre junto a mi, y que iba a tomar el primer avi6n para reunirse con- migo le grite que permaneciera en nuestra casa y que quien tomaria el avi6n aquella misma noche seria yo.

Cabe tambien suponer que la partida de Santa M6nica de los Venados un domingo inicia una progresi6n hacia el cierre o clausura de la semana que seria la segunda semana simb6lica de la ficci6n en- tendiendose por semana la unidad simb6lica que sirve de n6cleo para la organizaci6n temporal de la novela.

En este sentido las cuatro ltimas fechas anotadas en el diario dicen mucho mas de lo que a primera vista parecen decir. Las dos primeras de estas fechas caen viernes: el 20 de octubre y el 8 de diciembre. En la primera de ambas la crisis por la que atraviesa el protagonista se acen- tia al extremo de retornar a la despreciada Mouche, pero so para en- terarse, de nuevo por el azar, de la muerte de fray Pedro de Henes- trosa.

La noticia le decide a regresar cuanto antes a Santa M6nica de los Venados. El segundo viernes 8 de diciembre marca su regreso a Puerto Anunciaci6n, donde vuelve a sentirse duefio de sus pasos mientras espera que baje la crecida del rio para poder Ilegar a la meta de su viaje.

Las dos fechas restantes mencionadas en el diatio caen sabado 9 y 30 de diciembre. El primer sibado es el dia en que fracasa en su intento de descubrir la puerta que conduce a Santa M6nica de los Ve- nados.

El segundo sabado concluye la trama de la novela, despues de que el protagonista se entera por boca del minero griego Yannes de que Rosario se ha casado con Marcos, el hijo del adelantado.

Si nos fijamos en los dias de la semana mencionados en el diario a partir de su regreso a la metr6poli veremos que, despues de abandonar la aldea un domingo y de regresar a Nueva York un martes las cuatro fechas restantes cuyos dias podemos fijar con seguridad corresponden a dos viernes y a dos sibados.

La progresi6n del fin de la Semana do- mingo al fin de la pr6xima que a nivel simb6lico siempre resulta la misma resulta clara: domingo-martes-viernes-vierneb. s abado. La repetici6n de estos dos iltimos dias acta como una especie de redoble, como el anticipo de que el regreso a Santa M6nica de los Venados ocurrira un domingo.

El domingo se va convirtiendo poco a poco en dia migico, en el dia que tendr que ser recuperado para lograr reingresar en el espacio y tiempo perdidos. A nivel simb6lico, podria entonces de- 30 Llega a la capital latinoamericana por primera vez el mibrcoles 7 de junio por avi6n. De esta suposici6n se desprenderian otras: no puede encontrar la puerta de nuevo porque la puerta s6lo puede ser encontrada el domingo como lo fuera por vez primera.

El que desista de buscarla un sabado so reafirma la insuperable distancia tem- poral creada entre su deseo y el objeto deseado al haber desandado los pasos: "Un dia comete el irreparable error de desandar lo andado, cre- yendo que lo excepcional pueda serlo dos veces La posibilidad de transformar un si- bado en domingo que lograra hacer efectiva antes al convertir el sabado 24 de junio en domingo 24 le es ahora negada.

Entre el sibado y el domingo la distancia es ahora infranqueable. La imposibilidad de completar la semana tiene, sin embargo, un as- pecto positivo. El domingo irrecuperable lo es s61o para el protagonista de esta novela. La semana inconclusa representa en su s6ptimo dia el vacio que habra de ser colmado por el arte.

Debemos sospechar que, de haberse cerrado la semana con el regreso a Santa M6nica de los Venados la "novela-aventura" nunca hubiese sido escrita. La ausencia del domingo provoca la escritura que, ilusoriamente, tratard de cubrirla y, a su vez, deja abierta la posibilidad para que otro visitante, otro ser en busca de los pasos perdidos, pueda entrar, quizis en un futuro no muy lejano, en el domingo magico, en el domingo que es Final y Prin- cipio, apertura hacia el ambito creador.

Conviene ahora recapitular lo expuesto. La ficci6n de Los pasos perdidos ocurre en el afio de mil novecientos cincuenta, afio que divide al siglo por la mitad de la misma manera en que junio, mes del inicio de la ficci6n, divide al aio.

La ficci6n cubre treinta de los iltimos treinta y un domingos del anio, dejando s6lo de cubrir el ultimo domingo que es, tambien, el ltimo dia del afio. Los cuatro primeros domingos sirven de marco para los hechos mis cruciales de la aventura en busca de los pasos perdidos; en todos ellos se ingresa en algo, se inicia algo o se concluye algo que tiene que ver con esa "otra dimensi6n" o apertura, representada por el domingo mismo como ambito de lo magico.

La aventura asume la semana como unidad basica para organizar su contenido, que nos refiere a la posibi- lidad de transitar, o de no poder transitar, de un tiempo y de un espacio a otros tiempos y espacios. Al principio de la aventura el domingo es "aprovechado", pero al final, cuando parece que la aventura terminara con su recupe.

raci6n, es cuando se hace inalcanzable. La distancia que media entre el deseo y su objeto se repite entre el sibado y el domingo. Dicha distan- cia es la que posibilita a su vez, la ficci6n de ahora y la del futuro.

Las semanas y los afios se sucederan los unos a los otros y un sabado siempre se disolveri en domingo, pero en la ficci6n, la Semana y el Afio siempre permanecerin abiertos. La ficci6n consiste en la persistente ilu- si6n de tratar de cerrarlos.

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Author: Gardatilar

5 thoughts on “Aventuras del Azar

  1. Ich empfehle Ihnen, die Webseite, mit der riesigen Zahl der Artikel nach dem Sie interessierenden Thema anzuschauen.

  2. Es ist schade, dass ich mich jetzt nicht aussprechen kann - ist erzwungen, wegzugehen. Aber ich werde befreit werden - unbedingt werde ich schreiben dass ich in dieser Frage denke.

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